Mirando desde lo alto del Albayzín

¿Se pueden hacer infinitas combinaciones con las notas musicales? Esta pregunta siempre me la he hecho y no estoy seguro de poder decir que sí, así que irremediablemente habrá canciones repetidas o dicho de otro modo, plagiadas. Además, siempre está ese "backstage musical" que llevamos todos dentro, en mayor, menor o nula medida, de todo lo que hemos oído; así que alguien puede escribir una magnífica canción creyendo que es original y tenerla por algún rincón de su mente almacenada, sin ser muy consciente de ello. En los foros de ipunkrock.com vez leí que una canción de The Clash era en realidad una canción infantil y que Joe Strummer no se dio cuenta hasta que se lo dijo su hija.

Todo esto viene porque ayer estaba escuchando la canción 'Weight of the World' de Ringo Starr y el comienzo del estribillo me sonó igual que una parte de 'Cuando te vi" de los recientemente extintos Mamá Baker. Esta mañana en el blog de Nando -un bajista, diseñador, manitas y programador catalán que suelo visitar de vez en cuando- me encuentro otro parecido muy razonable. En este caso merece la pena escuchar el montaje que han hecho sobre el himno del supercampeón europeo, el Sevilla FC, perpetrado por el Arrebato, con la aquiescencia de Canal Sur, y otro gran monstruo de la canción, de cuyo nombre no quiero acordarme. Pinchad aquí para oírlo, merece la pena.

Como mi futuro hijo comenzará a oír en breve, tengo que comenzar con mis labores de papá educador y seleccionarle la música que va a formar parte de su subconsciente musical, vaya que luego le dé por hacer plagios de bisbales, bustamantes o chenoas. No, yo quiero que mi hijo plagie, pero de alguien que me guste más, así que ya estamos consiguiendo la colección "Babies Go" de U2, los Rolling -a pesar de El Ejido- y los Beatles. Son versiones infantiles, con arreglos de campanillas y cosas por el estilo. Ya sé que no suena como una rickenbacker, pero prefiero que duerma, sueñe y luego plagie a Bono, Jagger y Lennon, que a los triunfitos, el rap y el reggaeton.

A ver si me pongo un rato a escribir más en serio, tengo bastante que contar sobre mis vacaciones, divagaciones y pérdidas de tiempo. Por ahora, como anticipo, os enlazo este vídeo tan interesante que me he encontrado en el que Erik Jiménez, batería de Los Planetas y Lagartija Nick, responde a unas preguntas de foreros sin tener pelos en la lengua.

Hace 3 meses que no escribo, algo así como 92 días en que he pasado de no tener nada que contar a no caberme todas las cosas que podría contar.

Estoy escuchando ahora mismo 'Todo en ella es un bolero', una canción del nuevo proyecto de José Antonio García con Toni Guerrero llamado 'Atracción delantera' que me ha gustado bastante, pero realmente para la banda sonora de estas 2208 horas la compuso en 1963 Bob Dylan; sí, señores los tiempos cambian, y a la vez que va girando las manecillas del reloj, va girando nuestras vida cual carrusel de feria.

Al principio dejé de escribir porque se me rompió la cámara y yo siempre había pensado que mi blog tenía que ser una mezcla de fotos y textos breves, así que si no contaba con ese elemento imprescindible no tenía mucho que escribir. Tampoco es que tuviera mucho que contar, mi vida seguía por los mismos derroteros que en los últimos tiempos, con bastantes más sinsabores de los que desearía. Sin embargo, desde hace un tiempo ha cambiado y mucho: tengo de nuevo mi cámara, ya no trabajo donde antes -ni lo mencionaré, que Google es muy despiadado- y, además, en febrero seré padre. ¿Alguién da más? Como enseñó el maestro Morente a Antonio Arias: "en el cambio está lo permanente".

Por hoy, ya he escrito suficiente, en próximos posts iré contando mis andanzas en estas 132.480 horas.

PD Perdón para los miles de lectores defraudadados durante estos 7.948.800 segundos.

Ya tengo otro año más, pero este año ha llegado de una manera muy especial, estando tirado en medio del aeropuerto de London Stansted. Ayer teníamos que volver a España (entre otras cosas para felicitar a Fernando), pero nos cancelaron el vuelo por culpa de la huelga de controladores aéreos franceses. Así que hemos tenido que pasar la noche en el aeropuerto, coger esta mañana un avión para Jerez de la Frontera y alquilar un coche para llegar hasta Granada: una odisea.

Al menos, Londres ha merecido la pena. Ya contaré más detalles en próximos posts con más tiempo.

Joder! Me acabo de dar cuenta de que llevo más de un mes sin actualizar el blog: ¡qué perro! La verdad es que se me han juntado un par de cosas; la primera es que no tenía de qué escribir y la segunda que me he embarcado en miles de cosas.

A veces pienso que soy como los osos, y no sólo por los pelos, sino porque el invierno mi mente queda prácticamente dormida. Desde que llega mi odiado mes de noviembre, al que odio profundamente desde mi infancia sin ninguna razón, hasta finales de febrero pongo el cerebro en "stand-by". En cuanto empieza a haber más horas de luz y esos mediodías de calorcillo de marzo de mi mente empiezan a salir chorradas como están brotando las hojas de mi rosal. Este año me ha dado por meterme a bricoman total y, además, he hecho otro proyecto web con el que pienso retirarme (vease www.semanasantaengranada.com y pinchese en los banners). Total, que he estado bastante ocupado... eso sin contar que para festejar mi 32 cumpleaños me voy a Londres dentro de un par de semanas.

Bueno, a ver si me acuerdo y subo alguna de las fotos que hice a las estatuas de Igor Mitoraj, pero por lo pronto dejo una foto que hice hace unos años también en este tiempo, cuando vuelven esos largos atardeceres que no existen en invierno, o si existen, me pillan trabajando.

Es una pequeña, más bien enorme, mentira. Estoy seleccionado en el especial que hace El País sobre ARCO. Todos los años crean una sección donde la gente manda sus obras y ellos seleccionan las que consideran oportunas y sortean un premio, que suelen ser entradas para la feria. Así que el otro día, tras escribir el anterior post y ver que ya estaba abierto el plazo para mandar las obras, decidí desarrollar más la foto con la que acompañé el poema y la mandé, titulándola, obviamente, 'Muere lentamente'. Hoy me he encontrado con la agradable sorpresa de que este año sí me han seleccionado, no como el anterior, aquí pongo la prueba. ¿Habré recuperado algo de vida?


¿Qué más da que la gente muera?
Qué más da, si tienen que morir.
(Nacho Vegas, Ella me confundió con otra persona)

Por Internet circula este poema que tendría que ser de lectura obligatoria diaria. Hay varias versiones y la mayoría dicen que es de Neruda, aunque no está publicado en sus antologías, y otros se lo autoatribuyen. ¿Qué más da? Estamos muriendo paulatinamente.

Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito,
repitiendo todos los días los mismos trayectos,
quien no cambia de marca.
No arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente
quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente
quien evita una pasión,
quien prefiere el negro sobre blanco
y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,
justamente las que rescatan el brillo de los ojos,
sonrisas de los bostezos,
corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente
quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,
quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño,
quien no se permite por lo menos una vez en la vida,
huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente
quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente,
quien pasa los días quejándose de su mala suerte
o de la lluvia incesante.

Muere lentamente,
quien abandona un proyecto antes de iniciarlo,
no preguntando de un asunto que desconoce o
no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,
recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor
que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos
una espléndida felicidad.